Flipy es un adolescente canijo, pelín zoquete y en plena edad del pavo. De la noche a la mañana, su cuerpo pasa de ser el de un chaval de doce años a convertirse en “todo un hombre”, al menos en apariencia. Su nuevo aspecto le animará a seguir a Violeta, su amor platónico, hasta el campamento de verano donde es monitora. Jeremías, su mejor amigo, y Lorenzo, un especial niño burbuja, serán sus mejores aliados para conquistar a la dulce Violeta, y de paso, plantar cara a Don Carcajón, el horrible director del campamento que quiere camelarse a la monitora estrella. (FILMAFFINITY)
Campamento Tripy ha sido una gran sorpresa. No nos alarmemos, vamos por partes. Flipy, ese ser grimoso que sale, o salía, en El Hormiguero, que ni siquiera sabe hablar y no tiene ni puta gracia, menos incluso que Pablo Motos con una guitarra española, ha dirigido y protagonizado su primera película. Esperaba que la peli fuese una mierda del tamaño de un piano de cola con el pianista y todo, pero sorprendetemente es como una mierda de elefante, de la que hasta Bear Grylls podría sacar algo de jugo.