jueves, 28 de abril de 2011

Harakiri (1962)

“Un samurái, pide permiso para practicarse el Seppuku (o Harakiri), ceremonia durante la cual se quitará la vida abriéndose el estómago al tiempo que otro samurái lo decapitará. Solicita también poder contar la historia que le ha llevado a tomar tan trágica decisión.” (FILMAFFINITY)

Que puedo decir la sinopsis calca a la perfección el argumento, sin embargo no hay que caer en el error de prejuzgarla. Como bien pone arriba, un samurái que anteriormente sirvió a su patria como samurái, llega al daimyo del clan Lyi para que le dejen practicarse el Harakiri, pero éste propone que en el intervalo de tiempo en que un lacayo se va a buscar un padrino capaz de decapitarlo, que les contará la historia de su vida, así como los motivos que le llevan a esa radical decisión. Hasta ahí todo claro.


La historia comienza cuando Hanchiro Tsugumo, el protagonista de la historia (encarnado por Tatsuya Nakadai), se presenta en el daimyo del clan Lyi con la intención de morir por el ritual del Harakiri. Éste explica que tras la caída del Shogun dominado por su antiguo señor, muchos de sus samuráis tuvieron que abandonar su trabajo y vagar sin dinero, pertenencias y sin hogar, puesto que en ese periodo de paz no necesitaban los servicios de los samuráis. Pero en todo momento explica que él sí tiene intención de morir, al contrario que otros samuráis que buscaban el lucro a costa de los pobres campesinos.

Extraordinaria historia de pobreza y deshonor. Ésta película nos enseña que el honor tan sólo es un invento con el que los hombres poderosos dominan a los más sugestionables, donde los supuestos hombres respetables se ocultan bajo grandes ropajes y armaduras de samurái. Y sin embargo, ocultan las verdades más dolorosas, las que dejan entrever su cobardía y que les dejan "en bragas" mientras se guardan las espaldas entre ellos.

Aunque la película carece de banda sonora, no es algo que se eche en falta en ningún momento. La obra transcurre deprisa, los diálogos son interesantes y vitales para llegar a conocer las intenciones de los personajes, así como la penosa situación económica en la que vive buena parte de la población de la época tras la caída del shogunado de Tokugawa. Otra cosa que llama la atención es el excelente doblaje de los personajes, algo que les otorga bastante dureza. Eso sí, ésta no es una de esas películas que puedan verse con algo de somnolencia. Por cierto al final hay una gran escena de lucha que uno no se ha de perder. Esta película está considerada como una de las mejores películas de samuráis y yo mismo lo certifico. Y el protagonista, Tatsuya Nakadai, también está considerado como uno de los mejores actores japoneses de todos los tiempos junto al incomparable Toshirō Mifune. Sin duda alguna, ésta es una de esas películas que hay que ver sí o sí.

A esta película le doy un 8,20, aunque pueda parecer precipitado. Me parece que el trabajo de Masaki Kobayashi, el director de esta película, bien lo merece.


"Las vidas de las personas son como casas, construidas sobre cimientos de arena y un viento fuerte significa el final"



(si queréis más información a cerca de la historia de esta película visitad este foro. Aquí encontraréis es una de las críticas más completas a cerca de esta película, así como de los acontecimientos históricos de Japón en dicha época ).

8 estrellas

2 comentarios:

  1. Ver una pelicula que tiene 49 años, en blanco y negro, sin BSO, de chinos, quiere decir que te has vuelto un autentico cinefilo.

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  2. Maka se ha convertido directamente, sin pasar por la casilla de salida y son cobrar las 40mil en el gafapasta oficial de cortos para cortos.

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